El uso de máquinas de corte en el ámbito domiciliario ha crecido notablemente en los últimos años. Las sierras eléctricas, las picadoras de carne y otros equipos similares dejaron de ser exclusivos de carnicerías o industrias, para ocupar un lugar en cocinas familiares y pequeños talleres gastronómicos. Estas herramientas permiten ahorrar tiempo, mejorar la precisión y garantizar resultados de calidad. No obstante, requieren de un mantenimiento preventivo adecuado para evitar fallas, prolongar su vida útil y asegurar un funcionamiento seguro.